lunes, 3 de diciembre de 2012

Soy una montaña rusa de emociones. Un día estoy triste, al otro día estoy contenta, un día estoy enojada, y así sucesivamente. Sin embargo, hay días como hoy que me siento de dos maneras: muy feliz y por otro lado, un tanto triste.
Estoy feliz porque siento que muchas cosas terminaron de concluir en mi vida, siento que se cierran capítulos, etapas, que hacía tiempo quería que terminaran, estoy feliz porque estoy de vacaciones, estoy feliz porque estoy sin stress, se acerca Navidad y Año nuevo, otra nueva oportunidad de cambiar aquellas cosas que no nos gustan de nuestra vida y convertirlas en positivo; feliz por mi progreso (en todo sentido); feliz por otro año de aprendizaje, y muchas cosas más.
Y podría decirse que triste por (como cada año) darme cuenta de muchas cosas, las enseñanzas, cada año aprendo cosas nuevas, voy registrando todas éstas "lecciones de vida" que aunque no parezca son las que me van formando como persona. Supongo que nunca van a ser buenas, creo que por eso son lecciones, tenemos algo que aprender, y para aprender algo creo que hay que equivocarse, sin equivocarnos no aprendemos. Este año me equivoqué en cuanto mis elecciones (supongo yo) pero gracias a las mismas puedo cada año afirmar que crecí, aprendí.
Me entristecen no mis actitudes, sino las de las otros, aunque creo que tampoco me entristece eso, capaz me entristece haber creído, como siempre, haber apostado a personas, planes o situaciones en las cuales veía un resultado pero a fin de cuentas nunca terminaban resultando como lo imaginaba.
En este momento tampoco me entristece, reitero: son lecciones que forman parte de mi aprendizaje, comienzo a entender que todo se trata de esto, la vida en sí, la adolescencia, en aprender para en un futuro no volver a cometer los mismos errores.
Espero desde ahora tomar las decisiones que considere que son las correctas, y nunca arrepentirme.
Soy feliz. Con mis errores, con mis aciertos, con todo y más. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Just break free.