El destino los lleva sin preguntar,
gira hacia un lado y en un instante
se arrepiente y gira hacia el otro
Y no pueden evitar el hecho de verse a sí mismos como prisioneros de su propia voluntad,
en donde su única misión es esperar a que
una fuente inagotable de paciencia y serenidad
les otorgue esa paz inherente que buscan encontrar
para poder apaciguar la furia del viaje.
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