A veces pienso en toda la fuerza que tenés, en toda esa fuerza que hacés continua y diariamente, y lo único que logro darme cuenta es que cada día se resalta un poco más esa profunda admiración que tengo hacia vos. La manera de lidiar con la vida, de enfrentarla, más allá de cualquier adversidad, eso es probablemente una de las cosas en las que más te admiro. Y no hay mejor enseñanza que esa... Esa seguridad que me das ante la vida. La manera que tenés de ver las cosas. La sabiduría que tenés, que considero que es lo más valioso del mundo. Tu palabra lo es. Y a veces me pongo a pensar cuando me deprimo un poquitito en cómo hacés vos para seguir adelante. Y me doy por fin cuenta que no existe persona en este mundo a la cual ame más que a vos, por enseñarme tanto. Sos mi ejemplo a seguir. Y nada me da más confianza y seguridad que eso.